A la hora de decorar un espacio reflejamos nuestra personalidad en él. Por eso es importante que sepas con qué estilo te sientes más identificad@.
Podemos encontrarnos con diferentes estilos en un mismo espacio. Solo hace falta seguir un criterio estético en el que predomine el equilibrio.
Aquí tienes una guía de los estilos decorativos más importantes y algunas de sus características.
A la hora de decorar un espacio reflejamos nuestra personalidad en él. Por eso es importante que sepas con qué estilo te sientes más identificad@.
Podemos encontrarnos con diferentes estilos en un mismo espacio. Solo hace falta seguir un criterio estético en el que predomine el equilibrio.
Aquí tienes una guía de los estilos decorativos más importantes y algunas de sus características.
El estilo neoclásico es una versión moderna del anterior. Se caracteriza por cierto exceso decorativo, la mezcla de elementos contemporáneos y clásicos (como molduras y columnas), colores neutros como el blanco o el beige junto con pinceladas de colores sofisticados (como el negro, morado o dorado), uso de papel pintado y estampado damasco, ambientes luminosos y detalles de carácter lujoso y tradicional (como candelabros y estatuas).
Aquí debes tener en cuenta el uso de la madera (pino, roble, haya, castaño, nogal…), la piedra, forja y mimbre entre otras cosas.
Una variante es el estilo rústico de inspiración moderna, caracterizado por mobiliario de aspecto artesanal, acabados sencillos y con imperfecciones, revestimientos de madera rústica y tonalidades neutras, como el marfil o blanco con pequeños toques de negro. Los resultados son cálidos, confortables y actuales.
Destacan los colores blanco y negro especialmente, aunque también se opta por el uso discreto de colores vivos e intensos.
En definitiva, se trata de conseguir un ambiente rústico especialmente en paredes y suelos junto con mobiliario y textiles de tonalidades claras. Claves: naturaleza, flores, antigüedades y muebles envejecidos en colores gris, blanco y verde, papel pintado, materiales artesanos -mimbre, lino, madera de olivo- y a ser posible, contraventanas.
Proviene de países nórdicos con poca o escasa luz solar, por lo que se intenta compensar esta falta de luminosidad con paredes y suelos blancos e incluso en el mobiliario. Los toques de color, siempre de un matiz suave, se pueden añadir en objetos decorativos y textiles.
También es importante el recurso a la naturaleza y la sencillez, por lo que se emplean también la madera clara de haya o abedul y las líneas rectas olvidando recargar el espacio con demasiados adornos. Algunas variantes de este estilo nos permite emplear colores vivos como el rojo y el negro, con un uso moderado.
Si te gusta ir a la última o incluso adelantarte a las modas, aquí tienes el estilo que te caracteriza. Al decorar un espacio siguiendo el patrón futurista o vanguardista, puedes usar cualquier color de la paleta, materiales como la piel, los brillantes y las plumas y sobre todo, mobiliario muy moderno especialmente de color oscuro con elementos decorativos que dan toques de color.
El estilo zen es un estilo minimalista. Se caracteriza por la sobriedad, sencillez y naturalidad. Se trata de encontrar paz y armonía en casa, por tanto, utilizaremos los muebles más esenciales, colores neutros, luz natural pero sutil y materiales como el bambú, arena, piedra o agua.
Si sigues este estilo, te gustará decorar con alfombras étnicas; colores vivos como naranja, amarillo, verde o rojo; papel pintado y ornamentos de flora y fauna exóticos; fibras naturales, y maderas como caoba, teka, iroko o bambú.